Zacarías y Elisabet oraron con fervor al Señor pidiéndole que les diera un hijo. No obstante, Elisabet ya había llegado al punto de la vida en que las mujeres normalmente ya no conciben hijos. Así, cuando el ángel Gabriel le anunció a Zacarías que iba a engendrar un hijo, el anciano se quedó pasmado, y no creía lo que escuchaba. Como castigo de Dios por su incredulidad, Zacarías no pudo hablar durante los nueve meses del embarazo de su esposa. Gabriel describe el papel especial que este Juan (cuyo
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